La eficacia y la eficiencia, herramientas para el éxito del servidor público.

Por: Marcos Amaya.

Hace algún tiempo me comentaba un reconocido profesional de la gerencia pública, que cual era el secreto de conquistar el voto popular sin ser populista y demagogo, oficio muy común en los gobiernos de centro derecha hoy en día y que por incapacidad de los mismos motivado a desvíos puntuales de algunos seudo líderes que aún permanecen en el tiempo, pasaron a la historia pero cómo el peor de los fracasos en la administración pública.

En buena medida esto responde a la gestión de gobierno en la sencilla, única y verdadera eficaz razón de la gerencia. Una cosa es ser político y otra es hacer públicas las políticas de forma eficiente, en mi modesta trayectoria de ejercicio en gobierno, he podido aplicar esa premisa de hacer las cosas bien, con criterio y planificación, pues no he conocido otra forma más efectiva que esa para captar votos.

Hemos transitado un camino corto en la revolución, muchos se han quedado atrás, otros han traicionado el pensamiento filosófico y doctrinario que Bolívar nos dejo.Hugo Chávez profundizó con mucha fuerza dicho trance al sistema socialista que a la final le costó físicamente la vida por la regia y dura batalla con esos factores que insisten en una Venezuela sumisa al poder y hegemonía criolla y extranjera.

Nicolas tomó el testigo y como viento huracanado por su fuerza, trata día tras dia de reimpulsar y fortalecer la semántica que encierra el socialismo y la revolución, tiene varios frentes de resistencia que hacen más dura la tarea. Existen sin lugar a dudas personas que ejerciendo la actividad pública, no comprenden que desde sus trincheras facilitaron la titanica tarea del pensamiento y obra de la revolución Bolivariana y las acciones que emprende nuestro lider el Presidente Nicolas Maduro, están estos agentes pitiyankies enquistados en hacer de sus obligaciones grupos de choque a toda política de servicio publico nacional con verdadero compromiso social, debemos hacerle barricadas o fuegos de ablandamiento, desnudarlos políticamente y aplastarlos porque se convierten en un cáncer terminal.

El servicio público demanda sacrificios, comprensión y sobre todo vocación de servicio y amor al pueblo para así entender las necesidades de los mismos. La batalla es contra eso, contra la desinformación y la mala práctica de la política social y es allí donde se libran los votos con un pueblo bien atendido y servido, como siempre he dicho donde llego!!

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