La sanción impuesta por EEUU a la empresa Chevron, la cual le impide continuar operaciones en Venezuela, más que afectar a dicha transnacional, -ojo que la afecta! – tiene por objeto perjudicar la economía de nuestro país y por ende a los venezolanos.

Chevron produce cerca del 30% del 1 MMBPPD que extrae actualmente Venezuela; no continuará produciéndolo ni comercializándolo. Obvio, dichas sanciones generan en perspectiva una alta posibilidad de afectación, más aún si deciden extender el bloqueo al resto de empresas tal como sucedió en 2019.


Según estadísticas del mundo petrolero, la cesta de exportación actual de Venezuela estaría estimada así: 250 MBPPD de Chevron para EEUU, 500 MBPPD para China, 70 MBPPD para India, 80 MBPPD para Europa, el resto para clientes menores y para el mercado interno.

Seguramente, de la curva de aprendizaje por las sanciones y bloqueos que ha sufrido el país, el gobierno nacional ejecutará un Plan que garantice continuar las operaciones que llevaba Chevron (recuerdo que los yacimientos son venezolanos y las instalaciones que se abandonen se pueden disponer) y poder garantizar la producción de esos 300 MBPPD y la comercialización respectiva a otros países, aún con todas las trabas que generará el bloqueo.

Finalmente, es necesario condenar la acción de dirigentes políticos venezolanos que han impulsado las sanciones y celebran eufóricos la aprobación de las mismas para el perjuicio de Venezuela. No tienen perdón del pueblo ni de Dios.

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